El artista, al igual que el deportista, debe prepararse físca, emocional y psiquicamente para el enorme esfuerzo que representa la interpretación.

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El trabajo del músico es una de las profesiones más lesivas, ya que las horas que se destinan a estudiar con posturas forzadas y movimientos repetitivos generan tensiones innecesarias que acaban en lesión. Estar bien no significa la ausencia del dolor, y es que habitualmente el músico carece de formación en conocimiento del propio cuerpo y, por tanto, es bastante complicado que se dé cuenta cuando algo no está yendo como debería.

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De la misma forma, el actor está expuesto a sobre esfuerzos musculares y a posturas mantenidas en el tiempo que, sin la formación correcta, pueden generar lesiones. Un actor debería de preparar su cuerpo de forma exhaustiva antes de la preparación de un nuevo personaje. Además, el teatro contemporáneo exige, cada vez más, escenografías más arriesgada que se trasmiten en riesgo de lesión.

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El fisioterapeuta especializado en artes escénicas puede prevenir y tratar las lesiones originadas en instrumentistas, cantantes y actores y actrices.